El Arroyo de Alan Ponce


"Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad."
-Jaime Sabines

sábado, 22 de octubre de 2011

tu mirada...




"Mirarte a los ojos,

y perderme en la dulce sinfonía de tu brillo,

escuchar los ricos tonos de tus guiños,

y besar tu mirada"




Alan Ponce




miércoles, 12 de octubre de 2011

Amando a una intelectual de Izquierda


y cómo acomodarle un beso a quien sucumbe ante las frases de un loco nacido en macuspana?

y como besarle los senos, a quien estalla en orgasmos constantes en frases delirantes de odio y rencor callejero?

y cómo recorrer con los labios, el muslo de formas arrogantes, tan suave y caliente que destila olor mexicano?

no importa, simplemente estoy uniendo voluntades y sexo con una hermosa intelectual de izquierda,

su nombre? ella lo sabe, por que ha recibido con amor republicano mi cuerpo, y lo ha expropiado para ella, por el bien de México...

Alan Ponce


lunes, 3 de octubre de 2011

La casa de las Violetas




Era un noviembre del 2006 cuando recibí la llamada en mi celular de Marcos, un conocido de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, con quien habíamos hecho algunos negocios inmobiliarios, me decía que me había recomendado con doña Matilde, una octogenaria de ascendencia alemana amiga de su señora madre, me daba sus teléfonos y el horario para contactarla, recomendándome que fuera impresionantemente puntual, ni 10 minutos antes, ni 10 minutos después.
En fin que hice el contacto con doña Matilde y quedamos en vernos a las 5.30 pm del día siguiente.
No fue difícil hallar la propiedad, ya que se encontraba cerca del centro y en calles conocidas.
Al llegar con la puntualidad respectiva, apenas iba a hacer sonar el aro estilo bizantino de la puerta principal, cuando ésta se abrió de improviso, apareciendo en la misma, una anciana de cabellos blancos bien acomodados y de cuerpo robusto con el clásico vestido de las ancianas de los 50’s, la neta yo no sé de modas ni de estilos, pero esa impresión me dio.
Inmediatamente me di cuenta que la casona era del mismo estilo que las demás casas coletas de principios de siglo, entrada principal con un largo pasillo que llega hasta la mitad de la propiedad en donde se encuentra el patio jardín y en medio de ella, una fuente recubierta de mármol rosado y como detalle, 2 niños jugando con una pelota en el centro de la misma.
Alrededor del patio jardín, todas las habitaciones, desde la cocina, oficina, cuartos, sala, comedor, estancia familiar y 4 baños completos, en cada esquina.
En fin, que al principio entre a la casa observándola desde el punto económico, haciendo preguntas sobre los metros cuadrados totales, fecha de construcción, etc., de repente al voltear vi a doña Matilde, de forma mas detenida, no era la clásica anciana, tenia algo raro en su aspecto y empezó a darme un chingo de frio, aparte que la llovizna se convirtió en un aguacero muy jijo de su rechingada suerte, el sonido de la lluvia en la teja, era pavoroso, y la escasa luz que prendió la doña, 3 tristes focos, haciendo mas tétrico el ambiente y el inmueble. En ese momento me di cuenta que ahí pasaba algo, ya que todos los vellos del cuerpo se me erizaron y sentí ese frio del terror que te baja por la columna y no hay chamarra ni nada que te caliente, te pones entre Pálido y blanco, o sea de "suchi".
Mientras la anciana como si nada, me indicaba cada punto de los cuartos y la característica de cada uno, habitación por habitación, y observando cuadros, de personas en blanco y negro y hasta ocre, que incluso trataba de no verlos, por que con algunas luces, los ojos les brillaban, como un reflejo, pero que tal parecía que en realidad te miraban. Nombre! Ya estaba casi al borde de pegar un grito tipo de esas placeras de cine barato, y con el corazón a mil por hora, que casi sentía que se me salía del pecho, nombre! Un pinche terror de esos de verdad cabrones. Algo o alguien nos acompañaba en ese recorrido, no estábamos solos doña Mati y yo, sentía perfectamente bien esa presencia.
Eso si, debo marcar como extraordinaria la cocina, la cual jamás cambiaron, seguía el enorme horno calentado con leños, lo mismo que la parrilla de acero puro original, una extraordinaria obra de arte, solo ese simple detalle cuesta cientos de miles de pesos.
La casa era en si, un extraordinario museo, con todos los detalles originales, las trabes y columnas de cedro, caoba y matilishuate, madera dura de la selva lacandona, y selva negra.
Todo el mobiliario, era un conjunto de fina artesanía chiapaneca, el comedor, las sillas, la sala, las camas, los closets, las puertas, todo en un excelso estado, a pesar de los años.
Nada mas, que no estaba para apreciar lo hermoso de eso, sino que a mí ya me andaba por salir corriendo de ahí.
En eso escucho a doña Mati, que me señalaba hacia el centro del patio jardín, me señalaba la fuente, y me decía que esas 2 esculturas eran un recuerdo a sus hermanitos, que supuestamente un día se perdieron en la propiedad, que en sus tiempos fue una hacienda.
No me dio mayores detalles pero eso si me invito a acercarme para verlos, para entonces, ya el aguacero se había convertido en una fina llovizna que por esos lugares le llaman chipi chipi.
Me acerque, mas por curiosidad que por cortesía, y utaaaaa, pa' que fui, casi caigo desmayado de la impresión, los rostros no reflejaban exactamente a 2 niños de 6 y 8 años, sino de 2 c adultos en cuerpos de niños, y con una expresión bárbara como de maldad.
No me olvido de la expresión de doña Mati cuando le regrese la vista, tenía la misma expresión que las esculturas, ahhh no mammmesss me dije, aquí ya parió la puerca y hasta aquí nomas llegue.
Medio me repuse y con una estoicidad de esas de cabrones muertos de miedo, pero todavía en pie, me acerque a doña Mati, sin verla y le dije, así con una voz casi de pito, que lo mejor seria verla al día siguiente en la mañana para apreciar mejor los detalles, medir y evaluar, además de revisar escrituras y cualquier otro documento que tuviera sobre la propiedad.
Ella me dijo que hacia falta ver la sección del establo, y me indico un pasillo mas oscuro que la cola del chamuco, hasta me pareció ver sombras al final del mismo, eso sin dejar pasar que en todo el recorrido, no dejaron de escucharse ruidos y puertas que se abrían y cerraban, en un concierto tétrico de ruidos.
Le volví a recordar a doña Mati, que lo mejor seria ver eso en la mañana.
Con una cara de enfado y un gesto de molestia que le distorsionaba aun más el rostro, me dijo que estaba bien.
No acababa de escuchar eso, cuando le di la mano y al sentirla, me dio aun mas escalofrió, una mano huesuda y muy fría.
Me despedí con una sonrisa forzada que más bien, era un chingao rictus de terror, y para acabarla ante eso, que me dan unas ganas de ir al baño y pues bueno ya la vejiga tampoco podía aguantar mas, así que le pedí de favor me prestara su baño, a lo cual asintió y me señalo hacia una esquina del pasillo, casi corriendo y caminando como Cantinflas, llegué la baño, al cerrar la puerta, que no enciende la luz, y yo en medio de esa oscuridad del baño, que en chinga abro la puerta, y al ver hacia el pasillo, no veo a doña Mati y pues ni modo a darle duro y atinarle a la tasa, que casi no podía por el temblor en todo el cuerpo.
Se me hizo interminable, pero al fin, lo hice, mero en eso me lavo las manos, y al darme la vuelta, DOÑA MATI EN LA PUERTA,
POR POCO Y SUELTO OTRO PINCHE GRITO QUE PARA ESE MOMENTO YA IBA SER MAS AULLIDO QUE OTRA COSA,,
Traía un foco en la mano, el cual me pidió que pusiera en el foco fundido, a lo cual le dije que me llevaba el foco y al día siguiente con mucho gusto se lo ponía.
Me quiso acompañar a la puerta y yo le dije, que no era necesario, salí casi corriendo de esa casona.
Al día siguiente regresé y fue cuando pude apreciar con mas detenimiento cada obra de arte de esa residencia, pero eso si, bien acompañado por 2 personas mas, y a las 12 del día.
Acudí 5 o 6 veces mas, para mostrarla, a los posibles compradores, y en cada visita,, sucedía algo inexplicable, como la pelota de los niños, la cual de pronto la encontrabas al centro de la base, al día siguiente sobre un costado, o sobre el otro.
Esta es mi historia, sobre la casa de las violetas…