El Arroyo de Alan Ponce


"Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad."
-Jaime Sabines

jueves, 31 de enero de 2008

Poesía: ser, existencia y locura



Nora Didier de Iungman



Voy a tomar tres rasgos distintivos de la poesía que, entiendo, la definen por sí solos: su comunión con el ser, la genuina simbiosis con la existencia y su cercanía absoluta con la locura (entre comillas). Y lo considero así desde el acto creador (y el creador), la creación y el que espera detrás, en el encuentro, en el acto gratuito que significa todo poema. El proceso lírico es un don, un privilegio (porque -como dice Páscoli- "poeta es aquel que expresa la palabra que todos tenían a flor de labios, pero que ninguno había sabido expresar"), del cual goza el poeta, mundo íntimo que compromete todos los espacios del ser; es también en cuanto creación, un hecho individual, manifestación de un ser humano ubicado en un contexto histórico y en una sociedad. Pero lo que el poeta ve más allá de esa "cáscara", que en cierto modo lo determina, está fuera de los límites geográficos o históricos, porque el creador se ocupa de aquello que pertenece al orden de lo universal; la categoría de lo universal es premisa básica de la poesía. He aquí la primera relación con el ser. De la experiencia particular del poeta, se llega a lo universal. El poeta le afirma al material cuidadosamente moldeado, la intención de ser un resonante para todos los hombres, de todas las épocas, más lejos del aquí y el ahora circunstancial, como inmerso en el Tiempo, en eterno presente que se reactualiza y vigoriza con cada nueva recepción. La poesía se remite al reino de las esencias y ese reino no conoce ni tiempo ni espacio; es verdad del ser, óntica verdad que no sabe de fronteras. Todo hecho poético representa un acontecer estético y específicamente ético. El poeta escucha las voces del ser y las transfigura a través del lenguaje; más que ello: muestra el estado de transfiguración de la naturaleza; da a las palabras una virtud muy allegada a la magia. Él se halla situado en el fondo que lleva de la sensibilidad a la sensibilidad. Si la poesía conduce a una zona sagrada, un todo que tiene de por sí un poder de magia y encantamiento (Octavio Paz dice que "la poesía es la memoria del pueblo y la gran creadora de fantasmas"), su lenguaje es asimismo totalitario, es decir, abarcador, y se otorga una razón absoluta. La palabra poética adquiere su propia identidad gracias a una voluntad creadora que le arrima su cabal espacio semántico y su valiosa intensidad. El poema no "habla" sobre el mundo, no "dice", sino que se equipara al mundo porque expresa "su hacerse constante", revelación de la existencia en movimiento. El poeta, en su libertad, convoca a las palabras, las transforma en la viva percepción de imágenes, de sugerencias, de zonas vedadas. Allí se da entonces la verdadera mutación, que siempre es distinta, es otra, del material que aporta la realidad humana; material que es captado, experimentado, hecho poesía, según la particular, sola manera del poeta.
El poeta concibe un universo, su actividad lúdica semeja el juego del niño (interpretar el sentido); su núcleo de significaciones se corresponde a un lenguaje de símbolos que necesitan ser desentrañados, y sus ojos están muy abiertos, son conocedores de la intimidad del mundo: el creador ve la vida en toda su amplitud porque desconoce la visión estrecha. El alcance ontológico del poeta es penetración inmediata, intuitiva y emocionalmente elaborada, que responde a una búsqueda permanente del fundamento último. El acto creador se presenta en la esfera del arte, en forma de trance, de compromiso (palabras que también se aplican a otros momentos críticos en la vida del hombre: la muerte o el amor), en relación con la urdimbre o textura primigenia (magia, mito, utopía, éxtasis, locura); significa un descenso a los abismos, al nudo conceptual que es origen y desarrollo, génesis virtual que solamente se expresa a partir de la palabra - grito, eco de un énfasis subyacente. Hablo de la intensidad y si reúno totalización, intensidad y pathos, me acerco a los límites, aquellos que utiliza el hombre común para establecer y diferenciar campos: transgresión ¿locura?
Dije ya que la mirada del poeta es intensa, profunda, especial, que compromete su existencia entera, es de hecho, una forma de vida, porque la intensidad consiente lazos con la transgresión y con el concepto de libertad; a su vez, si en el orden estructural la función poética tolera, exige, la transgresión sistemática de las reglas, ilógico es que quien las asuma sea una transgresor. Resulta claro que la palabra es el comienzo de la condición humana, que apunta a la vida y a su permanencia. La poesía, en tanto es manifestación honda del ser y se vale de la palabra, recibe de ella sus connotaciones, y representa una forma del éxtasis por el estado de tensión y de conmoción que implica, una suelta de fuerzas (de diferentes grados de potencia), que nacen y se prolongan en ambos polos del poetizar; es una salida del Yo (de los límites del Yo), una urgencia expresiva, y producto en consecuencia de una goce cognitivo, existencial, en este sentido: una catarsis y una especie de superación. Insisto en la pregunta: ¿es locura? Yo creo más en una transgresión: salirse de fronteras en ejercicio de una libertad, independiente de cualquier reducción que encierre prejuicios, normas, superficialidad; se estrechan de tal manera los vínculos entre los términos: vocación y transgresión.
Cierro mis palabras con un fragmento extraído de El sueño de una noche de verano (Shakespeare): "Los cerebros de amantes y de locos arden siempre, y son sus fantasías tan creadoras que ven lo que no entiende el sano juicio. Lunáticos, amantes y poetas, de su imaginación tan sólo viven".








poema





II

No es decente acariciar
con precisión
el frío perfil de las estatuas.
No es decente tener
entre los dedos
el llanto impersonal
de su hermosura.En verdad
es necesario guardarlos allí:
donde duerme
con custodia
el horizonte.
Esbozando quizás
la más tímida condena.

domingo, 27 de enero de 2008

Poeta





¿Qué es un poeta?

El que camina por los momentos de gozo que le están asignados.
Vive los sentidos físicos uno a uno y a la vez.
Es parte del universo, quizás se siente insignificante.
Sintetiza sensaciones propias, las escribe, y un lector se identifica.
Inventa sensaciones, las escribe, y un lector se identifica.
Se automedica. (escribir es más barato que un psiquiatra).
anónimo


http://www.ysi.es/per/jrg/poeta.html





Poeta

¿Qué es un poeta?, la pregunta rompió el silencio de mis sueños,
he caminado de la mano de mis sentimientos, dibujandolos,
expresando mis vivencias, acontecimientos de tristeza y gozo,
viendo al mundo en un espejo, navegando sobre mis letras.

No sé si alcanzo ese grado de honor de señalarme como poeta,
no sé ni me interesa, solo escribo lo que vivo lo que siento,
lo que mi pobre o amplio talento pueda expresar en finas prosas,
en rudas rimas, describiendo exquisitas cosas,

Alan Ponce

lunes, 21 de enero de 2008

El Arroyo de Ponce





He viajado miles de senderos durante un año,
mis pasos han descubierto felicidad, traición y cariño,
singulares variables, algunas opuestas y otra coincidentes,
he conocido el amor, el odio, el rencor y la felicidad completa,
he visto la ternura pero también la crueldad,
me he topado con la honestidad y también con la falsedad,
he sentido el beso apasionado pero también la tristeza,
he viajado en el tiempo y el espacio,
mi recorrido ha sido hermoso muchas veces,
pero también he conocido el abandono,
en un año de vida, he recorrido todo un camino,
me he entregado en cuerpo y alma a mi cauce,
y he descubierto de que vivo y existo,
he dibujado un universo de sentimientos,
recreando mis emociones y vivencias,
simplemente he nacido en miles de corazones,
mis letras viajan a mil lugares,
miles de personas me han leído,
y han dispuesto mi nacimiento como un lugar sincero,
donde el corazón habla, donde el corazón se entrega,
así es, he nacido en el sentimiento de un destino,
ahí vivo, ahí existo, ahí nací por vez primera.

Alan Ponce